sábado, 12 de mayo de 2012

El discernimiento espiritual en los líderes o servidores cristianos II


El discernimiento adquirido y medios para alcanzarlo.

El discernimiento adquirido es un verdadero arte, el más difícil y provechoso de todos, que constituye una fuente de gracias para el que lo ejecuta y para el que los recibe.

Consiste en una habilidad especial para examinar los principios y los efectos de los diversos movimientos del alma, contrastándolas con las reglas que el Espíritu Santo nos da en las Sagradas Escrituras o a través de la tradición eclesial cristiana, a fin de dictaminar con las máximas garantías de acierto si estos movimientos vienen de Dios, del espíritu de las tinieblas o de los extravíos de la propia imaginación.

He aquí los principales medios de alcanzar ese divino arte:
a)  La oración
Es el más importante y fundamental. Aunque se trate de un arte que se puede ir adquiriendo poco a poco con el estudio y esfuerzo personal, todo resultará insuficiente sin la ayuda especial del Espíritu Santo
b)  El estudio
Es preciso penetrarse profundamente de los datos que nos proporciona la Sagrada Escritura, los santos Padres, los teólogos y maestros de la vida espiritual, sobre todo los que juntaron a la vez la ciencia y la experiencia.
c)  La experiencia propia
En el ejercicio de ese arte eminentemente práctico, la experiencia personal se impone con absoluta necesidad. La teoría sola no basta. Es imposible que un ciego dictamine con acierto acerca de la luz.
¿Cómo sabrá, un líder o servidor cristiano, distinguir las obras de Dios, llenas de luz, de las que provienen del espíritu de las tinieblas, si no esta acostumbrado a recibir la luz divina, que se infunde de ordinario en la oración y trato íntimo con Dios? ¿Cómo un ciego puede guiar u otro ciego?
d)  la remoción de los obstáculos
Hay que evitar sobre todo el espíritu de autosuficiencia, que impulsa a decidir por cuenta propia, sin consultar jamás a los sabios y experimentados. Dios suele negar sus gracias a estos espíritus soberbios; la humildad en cambio, atrae siempre las luces y bendiciones de lo alto.
El líder cristiano debe mantener cierto equilibrio de ánimo frente a las distintas situaciones y examinarlo todo con rectitud y sencillez. No juzgar nunca por razones humanas simplemente, sino por los dictámenes de la prudencia sobrenatural. Ni sea precipitado en la emisión de sus juicios, sino sométales a madura reflexión, aunque sin excesivas sutilezas. Tener absoluta confianza en Dios y en la protección de María,  Virgen prudentísima, que no dejara de ayudar si se procede en todo con rectitud de intención y espíritu sobrenatural.

Discernir entre los tres espíritus que mueven al alma

El discernimientode espíritus lo encontramos en San Ignacio de Loyola cuando explica el sentido de las palabras ejercicios espirituales: «todo modo de examinar la conciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mental, y de otras operaciones espirituales... Todo modo de preparar y disponer el ánima para quitar de sí todas las afecciones desordenadas y, después de quitadas, para buscar y hallar la voluntad divina, en la disposición de su vida para la salud del ánima».
San Bernardo señala hasta seis espíritus diversos que pueden mover al hombre en sus operaciones: espíritu divino, angélico, diabólico, carnal, mundano y humano.
Pero estos se reducen a tres que fueron enseñados comúnmente por los maestros de la vida espiritual. Espíritu divino, diabólico y humano.

Para terminar, a manera de conclusión, citamos a Santo Tomas de Aquino quien nos lego un criterio de discernimiento fundamental: “Toda verdad, dígala quien la diga, viene del Espíritu Santo”.(San Ambrosio, Glossa a I Cor 12, 3.Santo Tomás de Aquino lo cita más de quince veces, p. e., en I Sent., d. 19, q. 5, a. 2, 5)


El discernimiento espiritual en los líderes o servidores cristianos I



“Examinadlo todo y quedaos con lo bueno” (I Tesalonicenses 5,21)

"Queridos, no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios (1 Juan, 4,1)


 “La mentira está relacionada con el drama del pecado y sus consecuencias perversas, que han causado y siguen causando efectos devastadores en la vida de los individuos y de las naciones. Baste pensar en todo lo que ha sucedido en el siglo pasado, cuando sistemas ideológicos y políticos aberrantes han tergiversado de manera programada la verdad y han llevado a la explotación y al exterminio de un número impresionante de hombres y mujeres, e incluso de familias y comunidades enteras. Después de tales experiencias, ¿cómo no preocuparse seriamente ante las mentiras de nuestro tiempo, que son como el telón de fondo de escenarios amenazadores de muerte en diversas regiones del mundo? La auténtica búsqueda de la paz requiere tomar conciencia de que el problema de la verdad y la mentira concierne a cada hombre y a cada mujer, y que es decisivo para un futuro pacífico de nuestro planeta"(Mensaje de susantidad Benedicto XVI,  para lacelebración de la jornada mundial de la paz, 1 de enero de 2006).


  • El discernimiento espiritual es indispensable para el servidor cristiano.

  • Distinguir en la propia vida y la de los demás si algo es movido o inspirado por: el Espíritu de Dios, el espíritu del maligno o por el espíritu humano.

  • Sin el discernimiento de espíritus la acción del líder o servidor cristiano resultara vana y muchas veces hasta perniciosa y contraproducente.


¿Qué se entiende por discernimiento de espíritus?


a)  ¿Qué se entiende por espíritu?

“Espíritu es una interior propensión del alma; si es a cosa buena, será espíritu bueno en aquel género; si es a cosa mala, será espíritu malo. Un hombre que tiene propensión a la oración se dirá que tiene espíritu de oración; si a la penitencia, tiene espíritu de penitencia; si a pleitos y altercados, se dirá que tiene espíritu de contradicción...”(Práctica de la Teología Mística, Libro 8, Cap. 1, MiguelGodinez, S.J.)


b)  Que se entiende por discernimiento?

El hombre, siente inclinaciones y propensiones en sus potencias apetitivas, la voluntad y el apetito sensitivo.

Psicológicamente tienen todas la misma naturaleza: son mociones que parten de la libertad e impulsan a una acción.

Pero originariamente pueden provenir o de la espontaneidad propia humana o de una moción especial por parte de Dios o por influencia del maligno.


El discernimiento de los espíritus consistiría, pues, en averiguar en estos movimientos de la voluntad, sus diferentes principios y en señalar cuáles son provocados directa o indirectamente por Dios, por el maligno o por la propia naturaleza humana.


c)  Clases de discernimiento


Hay dos clases de discernimiento, uno adquirido y otro infuso:


* El primero constituye un arte especial, su adquisición esta al alcance de todos, a base de los medios que señalaremos enseguida.

* El segundo es una gracia carismática concedida libremente por Dios.


El discernimiento infuso, carismático es infalible: no se equivoca nunca puesto que obedece a una moción instintiva del Espíritu Santo, en el que no cabe el error.


El adquirido en cambio esta al alcance de todos, pero esta muy lejos de ser infalible. En la práctica presenta grandes dificultades, pero su necesidad es imperiosa para el líder o servidor cristiano. Sin el es incapaz de desempeñar rectamente su misión, puesto que ignorando cual sea el origen de los diversos movimientos del alma, le será imposible dictaminar con acierto cuales deban reprimirse y cuales fomentarse...

domingo, 13 de abril de 2008

LA RENOVACIÓN ESPIRITUAL CATÓLICA CARISMÁTICA


Documento del Encuentro Episcopal Latinoamericano efectuado en La Ceja (Colombia) - Septiembre de 1987

En el año 1987 del 1° al 4 de septiembre, en la ciudad de “La Ceja”-Colombia, se realizó un Encuentro Episcopal Latinoamericano de características muy especiales.

En esa ocasión ciento nueve Arzobispos, Obispos y Prelados se reunieron para analizar la realidad de la Renovación Carismática Católica en los países latinoamericanos.

Como fruto de este encuentro se redactó un documento de tipo doctrinal y pastoral para orientar esta experiencia espiritual en sus respectivas jurisdicciones diocesanas.

Es conveniente hacer notar que este documento fue firmado por todos los participantes a título personal y no constituye un documento de tipo oficial, pero si es muy valioso para el estudio, reflexión, y análisis de la Renovación Carismática.

El contenido de este documento toca temas sobre los fundamentos teológicos, los frutos y los desafíos de esta corriente de gracia dentro de la Iglesia en América Latina.

Está destinado a los Obispos, sacerdotes, religiosos (religiosas), y seglares para que alienten y favorezcan el crecimiento de la Renovación Carismática y colaboren efectivamente con el acompañamiento debido y la orientación adecuada en todos los lugares donde esta realidad espiritual florezca para el bien de la Iglesia y del mundo entero.

A continuación ofrecemos algunos fragmentos del citado documento y recomendamos la lectura y meditación del documento integro, pues a pesar de haber pasado más de veinte años desde su presentación los temas tratados en el mismo no ha perdido aun vigencia:

“Estamos convencidos de que a nuestra América le ha llegado su hora y que es «el Continente de la Esperanza», llamado a realizar, dentro y fuera, una «nueva evangelización» bajo la guía y la acción del Espíritu Santo, alma de la Iglesia.” (N°11 del Doc. Episcopal)

“La base teológica de la Renovación es esencialmente trinitaria. En la Renovación espiritual es preciso tener la visión trinitaria de la Iglesia señalada por el Concilio Vaticano II…” (N°13 del Doc. Episcopal)

“Uno de los grandes aportes doctrinales y pastorales ha sido el de profundizar en la Persona y la acción de éste Espíritu Santo, alma de la Iglesia y su constante santificador.” (N°16 del Doc. Episcopal)

“A la luz del Evangelio la Renovación está descubriendo, cada día mejor, la salvación integral de Jesús, pero no como un hecho del pasado, sino como una realidad actual que está cambiando la vida de muchas personas.” (N°26 del Doc. Episcopal)

“Uno de los elementos y aspectos positivos de la Renovación Espiritual es la importancia que en ella tienen los carismas o dones del Espíritu Santo. Ya el Concilio Vaticano II en distintos documentos se había referido a ellos con una claridad sorprendente, especialmente en la Constitución Lumen Gentium.” (N°42 del Doc. Episcopal)

“Los frutos de la conversión, crecimiento espiritual, sanidad interior y física y, la obtención de muchos otros favores avalan la importancia de los grupos de oración, cuyo crecimiento y madurez deseamos vivamente.” (N°66 del Doc. Episcopal)

miércoles, 9 de abril de 2008

Textos del Concilio Vaticano II referentes al tema de los “carismas”


El estudio y la meditación sobre este tema es muy necesario, debido a que nos hace caer en cuenta de la importancia que tiene cada miembro de la Iglesia. Y cómo, cada cual, desde los carismas que Dios le ha otorgado, puede y debe participar aportando activamente en la construcción del Reino de Dios en medio de nuestro mundo actual.
A continuación ofrecemos algunos textos conciliares para la meditación sobre los carismas:

“El Espíritu habita en la Iglesia y en los corazones de los fieles como en un templo (1Cor., 3,16; 6,19), y en ellos ora y da testimonio de la adopción de hijos (cf. Gal., 4,6; Rom., 8,15-16,26). Con diversos dones jerárquicos y carismáticos dirige y enriquece con todos sus frutos a la Iglesia (cf. Ef., 4, 11-12; 1Cor., 12-4; Gal., 5,22), a la que guía hacía toda verdad (cf. Jn., 16,13) y unifica en comunión y ministerio.”
(N° 4.1 Constitución “Lumen Gentium”)

“Uno mismo es el Espíritu que distribuye sus diversos dones para el bien de la Iglesia, según sus riquezas y la diversidad de los ministerios (cf. 1Cor., 12,1-11). Entre todos estos dones sobresale la gracia de los apóstoles, a cuya autoridad subordina el mismo Espíritu incluso a los carismáticos (cf. 1Cor., 14).”
(N° 7.3 Constitución “Lumen Gentium”)

“Además, el mismo Espíritu Santo no solamente santifica y dirige al Pueblo de Dios por los Sacramentos y los ministerios y lo enriquece con las virtudes, sino que "distribuye sus dones a cada uno según quiere" (1Cor., 12,11), reparte entre los fieles de cualquier condición incluso gracias especiales, con que los dispone y prepara para realizar variedad de obras y de oficios provechosos para la renovación y una más amplia edificación de la Iglesia según aquellas palabras: "A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad" (1Cor., 12,7). Estos carismas, tanto los extraordinarios como los más sencillos y comunes, por el hecho de que son muy conformes y útiles a las necesidades de la Iglesia, hay que recibirlos con agradecimiento y consuelo. Los dones extraordinarios no hay que pedirlos temerariamente, ni hay que esperar de ellos con presunción los frutos de los trabajos apostólicos, sino que el juicio sobre su autenticidad y sobre su aplicación pertenece a los que presiden la Iglesia, a quienes compete sobre todo no apagar el Espíritu, sino probarlo todo y quedarse con lo bueno (cf. 1Tes., 5,19-21).”
(N° 12.2 Constitución “Lumen Gentium”)

“Los presbíteros, por tanto, deben presidir de forma que, buscando, no sus intereses, sino los de Jesucristo, trabajen juntamente con los fieles seglares y se porten entre ellos a imitación del Maestro, que entre los hombres "no vino a ser servido, sino a servir, y dar su vida en redención de muchos" (Mt., 20, 28).…Examinando los espíritus para ver si son de Dios, descubran con el sentido de la fe los multiformes carismas de los seglares, tanto los humildes como los más elevados; reconociéndolos con gozo y fomentándolos con diligencia. Entre los otros dones de Dios, que se hallan abundantemente en los fieles, merecen especial cuidado aquellos por los que no pocos son atraídos a una vida espiritual más elevada.”
( N° 9 Decreto “Presbiterorum ordinis”)

“El Espíritu Santo "unifica en la comunión y en el servicio y provee de diversos dones jerárquicos y carismáticos", a toda la Iglesia a través de los tiempos, vivificando las instituciones eclesiásticas como alma de ellas e infundiendo en los corazones de los fieles el mismo impulso de misión del que había sido llevado el mismo Cristo.”
(N° 4.3 Decreto "Ad Gentes”)

“Puesto que los fieles cristianos tienen dones diferentes, deben colaborar en el Evangelio cada uno según su oportunidad, facultad, carisma y ministerio; todos, por consiguiente, los que siembran y los que siegan, los que plantan y los que riegan, es necesario que sean una sola cosa, a fin de que "buscando unidos el tiempo fin" dediquen sus esfuerzos unánimes a la edificación de la Iglesia.” (N° 28.1 Decreto “Ad Gentes”)

“Para ejercer este apostolado, el Espíritu Santo, que produce la santificación del pueblo de Dios por el ministerio y por los Sacramentos, concede también dones peculiares a los fieles (Cf. 1 Cor., 12,7) "distribuyéndolos a cada uno según quiere" (1 Cor., 12,11), para que "cada uno, según la gracia recibida, poniéndola al servicio de los otros", sean también ellos "administradores de la multiforme gracia de Dios" (1 Pe., 4,10), para edificación de todo el cuerpo en la caridad (Cf. Ef., 4,16). De la recepción de estos carismas, incluso de los más sencillos, procede a cada uno de los creyentes el derecho y la obligación de ejercitarlos para bien de los hombres y edificación de la Iglesia, ya en la Iglesia misma., ya en el mundo, en la libertad del Espíritu Santo, que "sopla donde quiere" (Jn., 3,8), y, al mismo tiempo, en unión con los hermanos en Cristo, sobre todo con sus pastores, a quienes pertenece el juzgar su genuina naturaleza y su debida aplicación, no por cierto para que apaguen el Espíritu, sino con el fin de que todo lo prueben y retengan lo que es bueno (Cf. 1 Tes., 5,12; 19,21).”
(N° 3.4 Decreto “Apostolicam Actuasitatem”)

lunes, 31 de marzo de 2008

¿Qué es la “Glosolalía”?


Glosolalía, esta palabra viene del griego. Glossa, que significa lengua y lalein, que significa hablar.

Por lo tanto, este es un término que se usa dentro de los ambientes religiosos para referirse a aquella experiencia espiritual del "don de lenguas” ya sea durante la proclamación de una palabra profética; o también, por medio del “canto en lenguas” común en los momentos de alabanza profunda practicada en los grupos de oración. Asimismo, se practica como una forma de “oración” personal o comunitaria.

Resulta que nuestros idiomas son limitados, llega un momento en el cual las palabras se terminan, y no hallamos palabra alguna para alabar, bendecir, glorificar, ensalzar, adorar a Dios: “…pues, los oían hablar en lenguas y glorificar a Dios…”(Hch 10, 46)

Así es cuando irrumpe este don precioso operado por la acción del Espíritu Santo que no solo sirve para la oración de alabanza y glorificación, sino también para hacer cualquier oración de suplica a Dios: “El Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; más el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables” (Rm 8,26).

El ejercicio de este don predispone el corazón para la práctica de los demás dones y carismas espirituales; pues, nos invita a recibir de Dios los dones de su abundante e infinita misericordia, con actitud de humildad y absoluta confianza.

Es un don esencialmente de oración, cuando se practica a nivel personal colabora para la edificación de uno mismo: “El que habla en lenguas se edifica a sí mismo…”(1 Co 14,4).

Cuando se practica en el grupo de oración puede tomar la forma de un canto armonioso guiado por el Espíritu sucede todo lo contrario de lo que paso en la Torre de Babel, cuando las lenguas crearon confusión por la soberbia humana, en Pentecostés todos se entienden porque se comunican mediante el lenguaje del amor. A través del canto en el Espíritu o canto de los ángeles, se experimenta una paz y un amor sin límites. Favoreciendo esto a construir maravillosamente la unidad y mejorar la comunicación con Dios y los hermanos.

Si alguien en el grupo siente la inspiración de hablar u orar en lenguas, necesariamente según la recomendación del apóstol San Pablo deberá haber quien interprete esa oración particular o mensaje profético en beneficio de la edificación de todos los participantes de la asamblea: “Pues, el que habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios. En efecto, nadie le entiende dice en espíritu cosas misteriosas. Por el contrario, el que profetiza, habla a los hombres para su edificación, exhortación y consolación.” (1 Co 14, 3-4)

No es un don de predicación, sino más bien de oración.

“…se llenaron de Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.” (Hch 2, 4)

miércoles, 26 de marzo de 2008

¿Qué son los carismas?



“Estos son las señales que acompañaran a los que crean: en mi nombre expulsaran demonios, hablaran en lenguas nuevas, agarraran serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.” (Mc 16, 17-18)

“Carisma” es una palabra que proviene del griego “járis”( cavri") y significa gracia, regalo, don, cualidad, talento.

Todos los bautizados recibimos la gracia o el don de la salvación en Jesucristo por parte de Dios; pero también, el mismo Dios en su infinita bondad a través de la acción de Jesucristo y del Espíritu Santo, nos concede dones preciosos para ponerlos al servicio de su pueblo.

Entre las múltiples formas de manifestarse el Espíritu en el corazón de los fieles, en primer lugar, están los “siete dones del Espíritu Santo” que recibimos en nuestro bautismo sacramental, pero también los "dones carismáticos" que hace referencia San Pablo a las comunidad cristianas de Corinto, Roma y Éfeso. Aunque sabemos que el Espíritu Santo es creativo y no podemos limitar su acción a solo a estas listas de carismas, pues el Espíritu de Dios seguirá suscitando infinidad de dones que sean necesarios para la edificación y el servicio a la comunidad cristiana: “A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común.”( 1 Co 12,7).

Los carismas son comunicados por el Espíritu Santo quien los distribuye como quiere: “Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad.”(1 Co 12,11).

Los carismas no son señal de santidad pero si se debería usarlos con amor y en "gracia o amistad con Dios", para mayor eficacia y bien del individuo y de la comunidad: “Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe.”(1 Co 13,1).

Los dones o carismas hay que pedirlos en oración: “Busquen la caridad, pero aspiren también a los dones espirituales…” (1 Co 14,1). Es la comunidad la que reconoce y alienta para que sean puestos en práctica para bien de todos, pero lo más importante es que sean ejercidos en el amor de Dios: “Aunque tenga el don de profecía, y conozca todos los misterios y toda la ciencia; aunque tenga plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy” (1 Co 13, 2)

sábado, 22 de marzo de 2008

¿Qué son los grupos de oración carismáticos?

“Les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mt 18, 19-20)

La forma en la cual nos hemos puesto en contacto con el Señor y hemos experimentado la acción maravillosa de su Espíritu, ha sido seguramente a través de la participación en los grupos de oración carismáticos. Gracias a que alguna persona nos invito, descubrimos realmente una fuente de vida plena y abundante en nuestra existencia.

Pero, ¿Qué es un grupo de oración carismático?

- “No es un grupo de estudio bíblico, ni de reflexión, ni de fraternización, sino que es un grupo de creyentes que se reúnen semanalmente para mirar de vivir en estos tiempos una vida cristiana intensa. Quieren compartir los dones de Dios, edificarse mutuamente y glorificar a Dios.”

(P. Walter Smet, s.j.)

- “Hay quien califique de carismático a un grupo cuando en él se dan los dones carismáticos: profecía, lenguas, canto en lenguas, enseñanza inspirada. En realidad estas son manifestaciones carismáticas… Para mí, grupo de oración carismático es aquel que es movido y dirigido por el Espíritu.” (P. Alirio J. Pedrini)

- “El centro de todo verdadero grupo o círculo de oración compartida es Jesús. En efecto, cada vez que nos reunimos en su nombre, Él cumple la promesa que hizo en su evangelio de estar en medio de nosotros.” (M. Alfonso Uribe J.)

- “Para que esta oración compartida sea verdaderamente “oración en el Espíritu Santo”, debe tenerlo a Él como agente principal, como principio activo y animador constante”

(M. Alfonso Uribe J.)

- "Ante todo, una verdadera asamblea de oración es aquella en la que -se adora y alaba al Padre por Cristo, con El y en El, en la unidad del Espíritu Santo-, y en compañia de la Virgen María, Madre de la Iglesia." (P. Salvador Carrillo)

Si no has participado de un grupo de oración carismático busca uno lo mas antes posible. Si asistes con regularidad pide a Dios ser perseverante. Ysi has dejado de asistir es hora de que vuelvas a integrar activamente tu grupo de oración.

“Reciten entre ustedes salmos, himnos y cánticos inspirados, canten y salmodien en su corazón al Señor, dando gracias siempre y por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.” (Ef 5, 19-20)

"¡Qué concluir, hermanos? Cuando se reunan, cada cual puede tener un salmo, una instrucción, una revelación, un discurso en lenguas, una interpretación; pero que todo sea para edificación." (1 Co 14, 26)

miércoles, 19 de marzo de 2008

¿Qué es el "Bautismo o la efusión del Espíritu Santo"?


El termino “Bautismo” proviene del verbo griego baptizein que significa sumergir, lavar, limpiar.

Juan Bautista bautizaba a todos aquellos que aceptaban su llamado a volver a Dios y para manifestar su arrepentimiento pedían el bautismo de Juan.

Jesucristo enseñó a los apóstoles un bautismo diferente del conocido por los judíos. No era sólo un símbolo, sino una verdadera purificación y un llenarse del Espíritu Santo.

Juan Bautista lo había anunciado: "Yo bautizo con agua, pero pronto va a venir el que es más poderoso que yo, al que yo no soy digno de soltarle los cordones de sus zapatos; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego". (Lc 3,16)

Ahora bien, el bautismo sacramental lo hemos recibido en la Iglesia Católica generalmente cuando éramos niños. Lo hemos renovado conscientemente cada año en la celebración de la “Vigilia Pascual”.

Pero, lo que pasa es que, no vivimos auténticamente nuestro compromiso bautismal, por ello el llamado “bautismo o efusión del Espíritu Santo” es un acto de fe, una oración, no es otro sacramento. Es simplemente una invocación al Espíritu que realiza una comunidad cristiana, para pedir que el Espíritu Santo se derrame, se libere en el interior de la persona que lo necesita.

Que el Espíritu Santo empape, sumerja, llene con el amor de Dios toda la existencia humana y comience a dirigir la vida del creyente, “…porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5,5) . Solo se puede ser cristiano católico normal, o cristiano verdaderamente comprometido, si uno es guiado por el Santo Espíritu de Dios.

Para poder pedir esta oración de “efusión del Espíritu Santo” es conveniente prepararse mediante un curso de evangelización conocido en ambientes carismáticos y parroquiales como “Seminario del la vida en el Espíritu”.

El grave problema de nuestra Iglesia es que existe un enorme número de miembros que han recibido el Bautismo Sacramental pero no practican su fe, se hace necesario pues que renueven sus promesas bautismales, por eso mediante esta acto de fe y oración, hoy estos cristianos nominales pueden experimentar una autentica renovación espiritual en sus vidas.

"Si, pues, ustedes aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espirítu Santo a los que se lo pidan" (Lc 11,13)